¿Entrelazados para siempre?

            En los últimos años las redes sociales han tenido un impacto innegable en la forma en la que estamos conectados, generando a su vez un cambio más que significativo en la sociedad en la que vivimos. Sin embargo, en los años que están por acontecer, se espera que estas evolucionen de manera radical, por influencia de nuevos avances tecnológicos y tendencias sociales. Este complejo proceso de evolución da paso a un futuro de interacciones digitales mucho más sofisticadas, pero, a su vez, a nuevos y mayores desafíos aún por imaginar.

            Uno de estos avances que más está dando de lo que hablar es la inmersión de las redes sociales en el conocido como metaverse o metaverso. Compañías como Meta ya están involucradas en la creación de entornos virtuales donde los usuarios puedan interactuar entre ellos en un espacio tridimensional, una experiencia innovadora mucho más envolvente que de las que disfrutamos actualmente. Si llegáramos a tal contexto, las redes más que plataformas de intercambio de ideas serían mundos virtuales donde personas de todos los rincones del mundo podrán reunirse, trabajar, comprar, jugar... En definitiva, vivir, difuminando las líneas entre realidad y fantasía, entre lo real y lo digital. Empero, el metaverso plantea serias preocupaciones sobre privacidad, adicción y ética; sumergiendo a los usuarios en experiencias aún más atractivas.

            Otro de los grandes avances es la inteligencia artificial, que sin duda también ostentará un papel esencial en el futuro de las redes. Conforme los algoritmos se vuelvan más sofisticados, las plataformas sociales podrán ofrecer un contenido cada vez más personalizado a gusto del consumidor. Ya no sólo se ajustarán las publicaciones a los intereses y gustos de cada usuario, sino que se dará una interacción más intuitiva, donde los futuros asistentes virtuales podrán resolver dudas, brindar consejos de todo tipo e incluso conversar con los propios usuarios (ya estamos sufriendo consecuencias de este tipo con los recientes casos de phishing y otros ataques mediante el uso de IA). Esta personalización extrema del contenido lleva consigo el riesgo de crear burbujas sociales e informativas aún más cerradas y una explotación mucho más intensiva de nuestros datos personales.

            No obstante, aún hay espacio para la esperanza: otra tendencia que podría consolidarse en el futuro es la de redes sociales descentralizadas controladas por sus propios usuarios. La tecnología blockchain ha propiciado el auge de redes como Mastodon, en las que son los usuarios los gestores de sus propios servidores y los redactores de sus normas. Esta nueva vía es una forma de combatir el monopolio y la falta de transparencia de gigantes como Meta, que podría ser el primer paso para plataformas que no pongan en peligro el control de los datos de los usuarios y el consumo de contenido dañino que no haya sido filtrado. 

            Así que, ¿estaremos entrelazados para siempre? Y en ese caso, ¿lo haremos de la misma manera?